Los Vatreni aterrizaron en Zagreb escoltados por dos aviones de guerra Mig 21, como una manera de honrar a un equipo que sorprendió a propios y extraños. Los muchachos de Zlatko Dalic recorrieron las calles de la ciudad en un autobús sin techo, recibiendo el afecto de miles de simpatizantes a su paso. El epicentro de las celebraciones resultó la plaza Bana Jelacica, uno de los hitos turísticos de Zagreb, que una vez más se tiñó de rojo y blanco gracias a su selección.